domingo, 6 de mayo de 2007

Horno de "la Cazolería"


Fragmento de pared de un antiguo horno

Horno situado a la salida del pueblo a la orilla de la carretera a mano izquierda subiendo un poco más arriba de la era Cortés, al lado del depósito del agua. Según dicen lo llamaban "la cazolería".
Se divisa una forma semicircular hecha con ladrillos de adobas, se conserva aproximadamente 1 metro de pared visible, el resto está enrunado por la tierra arcillosa que ha caido de la montaña.

Se utilizaba para cocer cazuelas de barro y vasijas su función más productiva pero también se utilizaba para cocer piedras de yeso y cal, para luego desmenuzarlas y rollarlas para conseguir el polvo de yeso o cal respectivamente.

Había que traer las piedras desde lejos, desde la cantera, con las caballerías.

Tenían la misma distribución que los de las tejas, se ponían las piedras no muy grandes entre 15 y 20 cms arriba “nunca mayor, porque los corazones quedaban crudos»si no,y luego se cerraba dejando una abertura pequeña para que saliera el humo; por la boca del horno que estaba por debajo del nivel del suelo se iba introduciendo leña para adquirir y mantener las altas temperaturas hasta 1000ºC aproximadamente, que hace falta para tal proceso. Luego una vez cocidas, que podía durar un par o tres de días y noches sin parar había que sacar las piedras aun calientes y se llevaban a una era y allí había que terminar de fragmentar las piedras con un martillo y echándoles agua hacer que se partieran en trozos más pequeños, que después con los machos tirando del rollo (piedra cilíndrico maciza con un eje) se iban machacando los tormos en que se habían convertido después de cocerlas y desmenuzarlas hasta convertirlas en el preciado polvo de yeso o cal según fueran las piedras calizas o yeseras.

El yeso era un poco más rojizo que el que conocemos ahora y lo empleaban para la construcción de las casas y para los suelos, aún se puede ver en muchos graneros hoy en día.

La cal la empleaban para pintar las fachadas de las casas y también los interiores, se disovía la cal en el agua y se le solía añadir el famoso azulete, que sale en todas las paredes de las casas cuando vas a pintar, se agarraba a la pared de maravilla, el tio Jicarero era un experto en el tema, era el pintor en aquel tiempo, con su máquina sulfatadora y su bidón de cal con la bomba manual para hacer subir el líquido a presión hasta la punta y mediante un rallo con pequeños agujeritos espurnearlo difuminado por la pared, encalaba todo el pueblo de blanco, era todo un espectáculo verlo pintar con su alargo de caña las paredes de las casas del pueblo.

Había otros hornos: enfrente de los corrales de Valdemací, otro donde están ahora las escuelas

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