martes, 17 de abril de 2007

Excursión nº 3

Excursión al pantano de la Peña

Es una excursión larga,3 horas, llevar provisión de agua, pero muy tranquila para ir de paseo y disfrutar de la naturaleza. Se coge el camino en el cantón hacia abajo, es ancho y bueno se puede acceder en coche, pero es preferible andando, pasamos la depuradora y el molino de harina que quedan a la izquierda y seguimos recto bordeando unos campos de oliveras que nos quedan a la izquierda, luego viene una recta que nos lleva justo en un recodo a ver el macizo de las cuevas Deva, nosotros seguimos por el camino, pasamos un pilón curioso hecho a base de piedras, el camino ahora tiende a bajar hasta llegar al río, subimos la cuesta hasta arriba y luego seguimos recto hacia abajo sin girar hasta cruzar el río de Estercuel por un tramo encementado luego seguimos el camino, nos encontraremos con las primeras señalizaciones al pasar de nuevo el río, seguimos adelante por el camino divisando a la derecha la plantación inmensa de chopos y después unos pinos enormes hasta llegar a las tumbas visigóticas,en el Valle de la Codoñera y cerca ya de la boca del pantano de la Peña, se conservan hasta seis sarcófagos de distintas medidas excavados en la roca de la orilla izquierda del camino que lleva al "Mas del Servando". Parecen, por sus características, enterramientos visigóticos, en medio de los pinos, más adelante a unos dos kilómetros después de una ascensión brusca nos encontramos en la explanada de la Codoñera, allí tomamos un camino estrecho que baja hasta el pantano.
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El pantano del Escuriza o del Congosto es uno de los más antiguos de la cuenca del Ebro y uno de los primeros del país. El paraje que lo alberga es agreste, abrupto a la vez que espectacular y muy solitario. excelente para la observación de aves acuáticas. Se accede a la presa desde Alloza. La ruta está señalizada como sendero comarcal (marcas azules y blancas). La distancia de ida y vuelta es de 15 km. Para coronar la presa hay que recorrer un sendero de unos 700 m, que primero bordea el arroyo y después asciende la montaña, hasta allí puede llegarse en coche. En algunos tramos debe transitarse por unas pasarelas de chapa metálica, tan antiguas como la construcción. La obra comenzó en 1880 por iniciativa de varias localidades regantes del río Martín y tras permanecer paralizada una década, se terminó gracias a una subvención estatal en 1886.








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